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En Mental BrainPower dentro del Blog de Fuerza Mental queremos hablarte de El suicidio es un problema de salud mental pública con envergadura social.
Sociedad: El suicidio es un problema de salud mental pública
Ante todo, es importante que todos nos concienciemos de que existe para prevenirlo.
Y por eso no hay otra que aceptar que coexiste intrínseco en forma de mal estar mental asociado a una sociedad que no nos abraza a todos.
Aproximadamente, cada año, se estima que unas 4.000 personas se suicidan en España.
Según la Organización mundial de la Salud el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
Y sin embargo el tema sigue siendo un gran tabú en la sociedad. Durante mucho tiempo, el suicidio ha estado envuelto en la oscuridad, lo que ha creado un estigma y una reticencia a hablar del tema incluso entre las personas directamente afectadas.
Comprender por qué el suicidio es con tanta frecuencia un tema del que no se habla socialmente es clave para abordar mejor los problemas de salud mental que pueden subyacer a este trágico fenómeno.
El tabú de hablar del suicidio
Las razones por las que el suicidio sigue siendo en gran medida un tema tabú son múltiples. Para algunos, los tabúes culturales se derivan de creencias religiosas según las cuales el suicidio es un pecado y un acto «egoísta» que demuestra una falta de respeto hacia uno mismo y hacia el impacto que su muerte tendría en los demás.
En consecuencia, es más probable que las personas sufran en silencio que busquen ayuda.
Además, existe miedo a hablar del suicidio por si se produce un «contagio suicida». Se trata de un fenómeno por el que se cree que es más probable que alguien actúe de acuerdo con sus pensamientos suicidas si oye que otra persona los expresa. Para algunas personas, esto podría considerarse incluso una forma de «glorificar el suicidio».
Por favor, ¿podemos empezar a preocuparnos de lo realmente importante?
Estigma y vergüenza asociados al suicidio
También existe un estigma y una vergüenza muy arraigados asociados al suicidio y a los problemas de salud mental en general.
Esto puede suponer un obstáculo para quienes ya están luchando por hablar y obtener la ayuda que necesitan. Es probable que la reticencia de la gente a hablar del tema se vea reforzada por la falta de conversaciones públicas abiertas sobre el tema.
Desgraciadamente, los esfuerzos por hablar del suicidio en los medios de comunicación han sido a menudo criticados por temor a que animen a los que sufren a quitarse la vida. En consecuencia, muchas campañas reacias a hablar abiertamente del suicidio se han redactado en términos de «prevención del suicidio», en lugar de tratar el tema en términos más directos.
Romper el silencio: No es fácil romper un tabú arraigado en las culturas durante cientos de años. Pero eso no significa que no sea posible. El lenguaje es una forma de romper el ciclo de silencio que rodea al suicidio. Por ejemplo, el término «suicidio consumado» en lugar de «suicidio cometido» subraya la finalidad del acto y la necesidad de comprensión, en lugar de la idea de castigo.
Iniciativas como la campaña de los Samaritanos «Habla sin riesgo de suicidio» se han esforzado por concienciar sobre los signos de advertencia del suicidio y animar a las personas a hablar abiertamente sobre su salud mental sin miedo a ser juzgadas. Con cuidado y comprensión, y reconociendo que la depresión y otros problemas de salud mental pueden ser pasajeros, se pueden abrir conversaciones sobre el suicidio.
En última instancia, el suicidio es una tragedia devastadora que puede prevenirse y, sin embargo, el tabú que rodea al tema persiste. Al comprender y acabar con el estigma asociado al suicidio, las personas pueden sentirse más cómodas hablando del tema, y es más probable que obtengan la ayuda que necesitan.